Por: Omar Osorio, Carbono Blanco.
Hemos rebasado varios de los 9 límites planetarios. Tenemos un déficit de recursos naturales acumulado desde la década de 1970 cuando se comenzó a cuantificar el inventario de recursos naturales de los cuales cada país dispone para sus supuestos económicos. Si el déficit de insumos naturales lo comparamos con un interés bancario, este sería un interés compuesto, es decir la tasa afectaría el capital más el interés acumulado… interés sobre el interés sobre el interés… una deuda infinita para muchos. En este caso un déficit compuesto, acumulado... acumulable. La demanda de recursos naturales que la economía, llámese capitalista, socialista y como usted guste es simplemente insostenible. Tan ridículo como pretender vender 5 manzanas cuando solo tenemos 2, así de absurdo, así de ridículos son nuestros supuestos económicos. Los “gurúes de la economía mundial” simplemente no saben nada de economía real pues suponen una economía infinita. Equivocados. En cada foro, en cada reunión, en cada cumbre económica se habla de recuperación post Covid, de incrementos al PIB, de crecimiento cuando como ya lo dije, es imposible vender 5 cuando uno solo tiene 2. No podemos suponer que las otras 3 se generarán de manera espontánea. Llámese energéticos, metales, biomasas o transformables el hecho es que los insumos – de cualquier cadena productiva – están rebasados, sobre demandados. En el caso de los No renovables agotados o en vías de terminarse, o los renovables explotados a ritmos de demanda que la naturaleza no produce, no los regenera. En nuestra vorágine por generar cadenas de consumo nos hemos terminado consumiendo a nosotros mismos. A un costo social y ecológico ridículo, incomprensible. Sin resolver este paradigma lineal de desarrollo seguirá siendo ocioso hablar de recuperación, llámese post todo o verde o como quieran ponerle, es simplemente biofísicamente imposible. Estamos llegando a los 8 mil millones de habitantes en el mundo, de los cuales el .01 % es quien controla el sistema que rige este planeta. Otro .99% se sirve bien del sistema creado, lo opera, lo concentra, lo distribuye, pero qué hay del resto, el 99% que conforma la economía, los estudiantes, los empleados, el mercado formal y el informal, de usted, de mi, de todos aquellos que sin siquiera pensarlo generamos las compras y las ventas y a su vez sin preguntárnoslo somos responsables de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, del Bióxido de Carbono, CO₂ que tiene al planeta al borde del colapso planetario. De eso nada se habla en la prensa, no solo por ser textos incómodos sino por desidia, por ignorancia, por falta de interés o peor aun negligencia. Sí la economía como ya todo en estos tiempos solo se mueve por inercia, por esa fuerza física resultado de un impulso previo, pero a la cual ya no se le aplica ninguna otra energía pero que sin embargo sigue moviéndose. Es así como funciona el mundo hoy. No sabemos bien por qué, pero nos levantamos a “trabajar” madrugamos para llevar a los niños a que “aprendan” como funciona el mundo… cuando el mundo ya nada tiene que ver con el supuesto conocimiento que creemos tener de él. La Pandemia es un gran ejemplo, si sabemos o no las causas es lo de menos, lo cierto es que ni se ha ido, ni tiene a dónde ir y es más posible que se nos empalmen varios virus más antes de declararla cuando menos bajo control. Las olas de infección pasaron a ser marea baja o marea alta… esperamos no nos llegue el Tsunami, aunque las alarmas están sonando. ¿Qué nos resta si la inercia no podrá detenerse? ¿cómo detener una temporada de consumo navideño más? ¿cómo negarles a nuestros hijos sus juguetes plásticos cuando su felicidad se resume al último super héroe de la última serie, de la saga, de la trama… de…. ¿Cómo? Otra vez la Inercia de nuestro absurdo sistema económico involucionado. Esta vez sin recursos naturales disponibles, con los límites planetarios rebasados, la biofísica y biogeoquímica de suelos, aire, aguas, Océano alterados. Ya nada es natural, o respiramos nano partículas tóxicas o nano plásticos o los comemos todos los días a todas horas al grito de Gooooolllllll… quienes pasan a cuartos a octavos. ¡A 420 ppm de CO₂ y todos diciendo Qué Calor! Sin siquiera importarles que es la COP27 o con qué se come el Cambio Climático, la Crisis Climática por mencionar solo una crisis de las varias que se concatenan en nuestras horas extras. Economía Basada en Carbono. En los libros de texto en la primaria se nos enseñaba que, en tiempos prehispánicos, antes de la conquista y posteriores nuestros pueblos americanos mercaban sus productos y servicios en las plazas, truequeaban lo que podían para abastecer sus necesidades y que la moneda de cambio eran las semillas, el Cacao como una de sus principales. El Cacao entonces simbolizó la moneda común, la referencia de cuánto podía costar un producto en el mercado de cambios en una plaza pública. Así se fundo la economía y su moneda de cambio. Hoy ese Cacao es el Carbono, C. Debe serlo, es lo último que nos resta y de manera abundante. Hasta hoy el ser humano y sus “avances” han arrojado tanto CO₂ a la atmósfera que los ecosistemas de la tierra ya no pueden administrar, balancear o equilibrar el bióxido de carbono que nuestra alquimia tóxica produce a pasos agigantados, en Giga Toneladas, todos los días, todos los años. Hoy los ecosistemas pasan de balancear y estabilizar las emisiones a ser generadores o emisores de estos gases. El Amazonas... el Océano y sus zonas muertas... ¿De qué estamos hablando? Para un momento, piensa. Miles de millones de toneladas de Bióxido de Carbono antropogénico se vierten a la atmósfera. La ONU estima un incremento de entre 12 y 16% de emisiones rumbo al 2030. 2030, la fecha en la que deben cumplirse los Objetivos del Desarrollo Sostenible (sustentable) Los ya no tan famosos ODS - por alguna razón ya no muchos hablan de ellos - ¿Sabrán que quizá es mejor olvidarlos a justificar por qué no se lograron? - En teoría bajar el 50% de emisiones globales para mantenernos en el 1.5ºC de aumento de temperatura del Acuerdo de París. Sin embargo, hace unos días terminó la Cumbre del Clima, COP27 sin ningún avance real mas allá de las intenciones de crear fondos para los más afectados, las Islas, por ejemplo. Los problemas son multifactoriales. Basar la economía en este nuevo Cacao, el Carbono C hace todo el sentido. Des carbonizar por todos los medios naturales el sistema financiero, económico y basarlo, sostenerlo en este mismo principio del uso y manejo adecuado del Carbono puede darnos una fuente vasta del insumo necesario para seguir jugando a una economía ordenada, pero esta vez no devorando a tasas en las que la tierra simplemente no nos reintegra, no produce. Tenemos que basar toda compra venta de productos o servicios en fracciones de Carbono destinado a capturarlo, a gestionarlo, en el caso de www.carbonoblanco.org de forma permanente, por millones de años. Tenemos que encontrar y dar forma al Carbono, C, contenido en cada operación, en cada producto, en cada servicio, en cada actividad con el fin de eliminarlo de circulación a una velocidad nunca antes vista. Hacer uso de nuestros sistemas económicos reduciendo al máximo su emisión y capturando el exceso que hemos vertido a la atmósfera, y que cuando cae en suelos y aguas, Océano todo lo acidifica, lo envenena provocando muerte e infertilidad, esterilidad. Para esto no hace falta inventar el hilo negro, ya tenemos los mercados de carbono funcionando, con reglas cada día más claras, producto del Acuerdo de París, del Pacto de Glasgow, de las conclusiones de Sharm El Sheik y su COP27. El artículo 6 es una buena columna vertebral, pero que de nada nos sirve si no generamos una Economía Basada en el Carbono 360º que se enseñe en todas las escuelas, en las universidades, en los empleos, en los medios, en el metro, el transporte público, las banquetas, los botes de basura, las almohadas… en todo, en menos de dos años. Tres es demasiado… se nos acaba el tiempo para resolver cuando las soluciones están al alcance de nuestra desidia. Necesitamos Climate Trade, Climate Coin. Un Océano de Soluciones, Una solución del tamaño del Océano, una economía para todos, un mercado, una moneda que fragmente nuestras responsabilidades y nuestras acciones concretas. Menos activistas y más hacedores del cambio. Urge, ¿te sumas? Omar Osorio, Director Fundador de Carbono Blanco.
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Dr. Anatole Roger Mauvois GuitteaudGeólogo, PhD Archivos
Octubre 2023
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